“No es que yo sea muy inteligente,” dijo Albert Einsten una vez. “Es que yo persevero más tiempo.”
Es revelador que uno de los genios más grandes de nuestro tiempo haya explicado su éxito de esta manera. Einstein reconoció que no debía sus logros a su inteligencia superior sino a tener
motivación para triunfar.
Todos podemos usar la motivación para alcanzar el éxito personal, desde una temprana edad. Los estudios han señalado una y otra vez que los niños motivados se desempeñan mejor en la escuela, no necesariamente porque creen que tienen que ser los mejores, sino porque están dando lo mejor de sí.
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