- El entusiasmo del profesor.
- La importancia del material.
- La organización de la asignatura.
- El nivel apropiado de dificultad del material.
- La participación activa de los estudiantes.
- La variedad en el uso de tecnologías docentes.
- La conexión entre el profesor y los estudiantes.
- El uso de ejemplos apropiados, concretos y entendibles.
Lo que sí parece ser cierto es que la
mayoría de los estudiantes responden de una manera positiva a una asignatura
bien organizada, enseñada por un profesor entusiasta con interés en los
estudiantes y en lo que aprenden.
3 consejos que podemos utilizar en la
motivación de los alumnos:
- Apoyarles, diciéndoles de vez en
cuando que pueden hacerlo bien.
- Intentar crear en clase una atmósfera abierta y positiva.
- Ayudarles a sentirse miembros valorados de una comunidad que aprende.
- Intentar crear en clase una atmósfera abierta y positiva.
- Ayudarles a sentirse miembros valorados de una comunidad que aprende.
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